Tal vez este haya sido el año en el que más disfraces igualitarios, y no sexistas, hemos visto en Carnaval entre toda la población, pero especialmente entre los niños. Ya saltó la liebre hace un par de años cuando los medios dieron a conocer cómo en los típicos bazares chinos y tiendas de disfraces podíamos encontrar disfraces de bombero para ellos y de enfermera sexi para ellas, cuando los niños y niñas que iban a usarlos no levantaban más de un metro del suelo, y en 2020, por fin, el sexismo en los disfraces infantiles parece haber desaparecido.
Según Carnaval y Mucho Más, llevan ya varios años evitando este tipo de disfraces en el catálogo infantil, pero este año se ha notado muchísimo más cómo los padres evitaban comprar disfraces que, por costumbre, estaban estereotipados. Ya no hablamos necesariamente de que sean disfraces que ensalcen la sexualidad infantil, sino de disfraces de “niñas” y de “niños”, cuando la realidad es que una niña puede ser bombera y un niño puede ser enfermero. Así que, dejando a un lado la abrumadora venta de disfraces de princesas Disney (sobre todo de Frozen), parece que este año la venta de disfraces ha sido mucho más igualitaria.
Disfraces de animales, de “La Casa de Papel”, de Vikingos, o de piratas han sido algunos de los disfraces estrella, tanto para ellos como para ellas, y destaca notablemente el disfraz de Doncella Medieval que, lejos de parecerse a los trajes de princesas medievales de época se trata de un disfraz con mayas, hombreras, capucha y espada, al más puro estilo de los espadachines medievales.
Y es que, como ya sabemos, educar en la igual debe hacerse desde la infancia, y no podemos pretender que de jóvenes no encuentren diferencias abrumadoras si ya desde que son pequeños a ellos los vestimos de superhéroes y ellas de princesas (el salvador y la salvada), o de médicos intelectuales con gafas y fonendo y de enfermeras sexi con los labios bien pintados en color rojo y minifalda porque la imagen que les estamos proyectando, que les estamos inyectando, no es precisamente la de igualdad, sino más bien la de que la mujer sigue siendo una damisela guapa y sexi que debe ser rescatada por el hombre inteligente y fuerte.
Por eso, en muchos colegios han optado este año por “imponer” un disfraz a cada aula con el fin de que los alumnos fueran vestidos igual. Madre de Dios Ikastetxea nos cuenta que se eligieron disfraces sin género, como los disfraces de comida, disfraces de animales, disfraces de profesiones o de extraterrestres, por ejemplo.
De cine
No obstante, en mi opinión, no todo tiene que ver con los disfraces, sino que más bien tiene que ver con la industria en general porque ¿cuál es el motivo por el que las niñas este año quieren ser Elsa? Pues lógicamente debido al éxito de la película Frozen que, dentro de lo malo, muestra a una princesa con poderes que no necesita ser salvada, sino que más bien es la heroína que salva el mundo. La situación ya sería redonda si Disney, en lugar de vestir a Elsa con trajes pomposos llenos de brillos la hubiera vestido de un modo menos… menos… “princesa”, pero todo llegará.
De este modo, creo que las películas y dibujos que vemos con los niños y niñas, los cuentos que leemos con ellos o las historias que les contamos, tienen que ir en esa misma línea de la igualdad. ¿Significa eso que no pueden ver películas de Superman o películas clásicas de Disney? Bueno, tal vez yo soy algo extremista porque pienso que deberíamos seleccionar muy bien lo que les mostramos, pero al menos lo que sí podríamos hacer todos es ponerles Superman, pero también Supergirl, y por supuesto las nuevas películas donde vemos a superheroínas femeninas como “Capitana Marvel”.
Con respecto a los cuentos infantiles, empresas de ilustraciones como Dibustock aseguran que han cambiado mucho de un tiempo a esta parte la forma de representar a los niños y niñas en sus dibujos, y hoy por hoy, no hacen diferencias ni plasman estereotipos. Eso significa que vamos por buen camino.
Netflix, el gran gigante del streaming, puede no ser del gusto de todos, y puede que tenga muchas cosas criticables, pero el sexismo no es una de ellas. Tienen en cartel series animadas como “She-Ra y las princesas del poder” donde son ellas las que salvan al mundo, junto algunos chicos que también tienen poderes, e incluso encontramos una relación amorosa entre dos chicas que se trata de forma muy natural. También está dando mucho que hablar el documental feminista de esta misma plataforma llamado “¿Qué coño está pasando?” y cabe destacar que es una de las plataformas con mayor diversidad actualmente. Si contraponemos esto a la nueva plataforma de Disney que ha cancelado la segunda parte de la película “Con amor, Simón” por tener un protagonista gay o la continuación de “Lizzi Mcguire” porque aseguran que no es del todo familiar (tiene historias de todo tipo en sus guiones), creo que Netflix está demostrando un compromiso mucho mayor ¿o no?
Ahora bien, la barita mágica la tienen, por supuesto, las escuelas y los padres, que son quienes educan a nuestros niños y niñas. ¿Vosotros qué pensáis?