El coach, el coaching y el coachee

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Literalmente, entrenador, entrenamiento y entrenado. El término anglosajón coach, viene a ser el entrenador de toda la vida. Entrenadores hay en todos los ámbitos, aunque viene estrechamente ligado a las actividades deportivas. Sin embargo, en países como Estados Unidos, contar con un entrenador personal es algo muy natural y que, dicho entrenador lo haga a nivel motivacional, también. En nuestro país esta cultura del coach es más reciente pero tampoco resulta una desconocida.

Tener a alguien que te motive y te ayude a dar lo mejor de ti, no es para nada, una mala idea. El apoyo es fundamental en el crecimiento y desarrollo tanto personal, como laboral o dentro de cualquier aspecto de nuestra vida. Esa es la labor del coach, acompañar y apoyar al cliente para que logre alcanzar sus objetivos.

Profesionales del coaching como Laura Gaya, ayudan continuamente a personas y equipos humanos a sacar lo mejor de si mismos y perder el miedo a los cambios que impulsan el crecimiento. Cada coach con una vocación clara y una predisposición concreta a ejercer de entrenador personal en aquellos ámbitos en los que la persona flaquee y necesite apoyos firmes. Hay que dejar claro que, un coach, no va a dorar la píldora de su cliente, un coach no va a hacer tu trabajo, un coach no va a pensar por ti, ni va a decirte lo que tienes o no tienes que hacer. La labor del coach es otra que veremos con mayor detenimiento a lo largo de este artículo.

El coach

El entrenador es la persona encargada de motivar al equipo o la persona a la que entrena. Guiando mediante pautas, apoyando y fortaleciendo la mentalidad ya sea a nivel equipo o individual. Un coach, es un profesional que se encarga de acompañar al cliente durante el proceso de desarrollo personal o profesional. A modo de chofer o taxista, se trata de un guía, la persona a la que el cliente, dice donde quiere ir y él, acompaña hasta el lugar de destino.

Un coach, escucha y observa al cliente, al mismo tiempo que plantea cuestiones para que se contemple a sí mismo desde otra perspectiva, amplíe su campo de visión y descubra nuevas opciones. En el mundo del coaching, esto se llama cambio de observador.

Para algunos, entre los cuales ellos mismos se incluyen, el coach es un gentil incomodador, cuya misión es llevar a la acción con la finalidad de obtener distintos resultados. Un coach, no es un terapeuta, por lo tanto, no hace terapia; no es un consejero, por lo tanto, no da consejos. Tampoco le da instrucciones a su cliente ni le dice como debe proceder ni que tiene que hacer.

La función del coach es ayudar a su cliente a maximizar su potencial y alcanzar los objetivos deseados. Se trata de un profesional capacitado plenamente para impulsar a la persona a identificar sus objetivos a lo largo del camino para que se convierta en una mejor versión de si misma. Un coach, sabe como debe plantear las preguntas correctas, comunicarse de manera efectiva y llegar al centro de las necesidades y deseos de cada cliente.

Contar con un coach, anima e inspira al respecto de una variedad de cuestiones profesionales y personales. Su objetivo primordial es ayudar con proyectos específicos, metas personales y transiciones que se pretendan llevar a cabo.

De esta manera, ayuda a la persona a crecer y evolucionar analizando la situación actual, identificando las creencias limitantes y otra serie de desafíos y obstáculos que puedan entorpecer la consecución de los objetivos propuestos. El diseño de un plan de acción personalizado o adaptado al equipo, es una de sus tareas.

En una primera toma de contacto, se abordarán aspectos tales como la identificación, aclaración y creación de una perspectiva de lo que se pretende alcanzar. La experiencia del coach ayudará a modificar los objetivos si es necesario y trabajará el autodescubrimiento y el crecimiento. A su vez, se crean estrategias para abordar el plan de acción en función de los objetivos, la personalidad y la perspectiva del cliente, en un entorno que fomente la responsabilidad y aumente la prosperidad.

El coaching

El proceso que se lleva a cabo, no es más que un entrenamiento. Como tal, se requiere tiempo, dedicación y esfuerzo durante un periodo de tiempo determinado. Como si de un entrenamiento deportivo se tratara, se establecerán una serie de días y momentos para llevar a cabo las sesiones. La diferencia es que, en este caso, no se va a entrenar el cuerpo, si no la mente y las habilidades internas de la persona.

Un proceso de coaching, se compone por lo tanto de una serie de sesiones, semejantes a reuniones o entrevistas que, pueden desarrollarse en un lugar formal o incluso mientras se pasea por un parque. Lo esencial es que exista una buena comunicación y el entorno propicie ese feedback necesario. La duración de un proceso de coaching es determinada y se establece antes de empezar, en función del objetivo que plantee el cliente. Suelen durar unos seis meses y contar con entre seis y diez sesiones.

Cada una de ellas, suele durar entorno a los noventa minutos. Tiempo durante el cual, el coach, debe procurar que el coachee, cambie de observador, ampliando su mirada en lo que a su realidad respecta, para de ese modo, descubrir nuevas posibilidades de actuación.

En pocas líneas, el coaching se compone de:

  • Un proceso temporal, con principio y final claramente definido.
  • Dos personas o un equipo: coach y coachee.
  • Búsqueda de un objetivo y un reto concreto.
  • Se basa en conversaciones planificadas, privadas y confidenciales.
  • Se utiliza la metodología de las preguntas para explorar las creencias, los valores, las fortalezas y las limitaciones del coachee.
  • El coachee debe tomar las decisiones y comprometerse con el aprendizaje y el cambio perseguido.
  • El compromiso adquirido se moviliza en una determinada dirección en la que se despliega todo el potencial hasta obtener los resultados pretendidos.

En cuanto a los beneficios que reporta el coaching, podemos encontrar los siguientes:

  • Saber identificar las metas y definir un objetivo.
  • Confeccionar planes de desarrollo y crecimiento personal y laboral.
  • Aprender a identificar las creencias limitantes.
  • Aprender a trabajar hacia la independencia financiera.
  • Conseguir equilibrar trabajo y vida.
  • Aprender a comunicarse de manera más efectiva.
  • Fomentar conexiones más fuertes a nivel personal y profesional.
  • Mejorar las relaciones y las habilidades comunicativas.
  • Aprender a gestionar aspectos importantes de la vida.
  • Definir los valores personales.

En pocas palabras, el coaching permite maximizar el potencial de cada persona en cualquiera de los ámbitos o áreas que se proponga.

El coachee

El coachee es la persona que va a realizar el coaching. El cliente, propiamente dicho. El sujeto que va a ser entrenado y motivado para alcanzar los objetivos que se proponga.

Trabajar con un coach no requiere reunir ningún tipo de requisito previo. Basta con querer contar con alguien que te ayude en el camino y buscar en el sector, a tu coach. Cualquier persona puede ser coachee y mejorar su rendimiento. Desde avanzar en el trabajo o el aspecto laboral, hasta crear relaciones personales más fuertes, solidas y significativas. En la actualidad, existen infinidad de tipos de coachees capacitados para ayudar en cada uno de los ámbitos de la vida.

Los clientes suelen ser muy diversos, de ahí tanta variedad de perfiles: actores, lideres empresariales, creativos, emprendedores, ejecutivos, amas de casa, etc. Cualquier persona que identifique una brecha entre el lugar o momento en el que se encuentran y en el que verdaderamente quieren estar, recurre al coaching cuando quieren o necesitan ayuda para alcanzar sus objetivos.

Algunas señales que pueden indicarte que un coach reportaría grandes beneficios a su existencia, pueden ser el sentirse atrapado en hábitos autodestructivos, tener un diálogo interno negativo, o ha sufrido un cambio importante en su vida, padeces miedo al fracaso o pasa por una situación estresante.

Habrá quien considere que un coaching es como hacer una terapia. Aunque existen similitudes, la realidad es que el coaching se centra en el presente para mejorar el futuro. Un coach no es un profesional de la salud que va a emitir un juicio diagnóstico y actuar en consecuencia. En tanto que las terapias se centran en el pasado y la búsqueda de acciones y patrones en los que profundizar, de modo igualmente analítico pero sin estar orientado a la acción. El coaching, centra todo su esfuerzo en el presente, lo que se es en el momento en que se decide pasar a la acción y se enfoca en alcanzar logros para el futuro.

Si bien una terapia profundiza en lo que somos a través de lo que hemos sido, el coaching, se centra en lo que somos y queremos ser. Partiendo de una misma base, ambos métodos emergen en direcciones opuestas.

En cualquier caso, el coaching puede ser algo muy beneficioso y productivo de lo que cualquier persona, puede aprovecharse, sin tener que reunir mayores requisitos que la necesidad de un apoyo que te motive y aliente en la consecución de tus objetivos.

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