En Navidad hay que preparar muchas, muchas cosas, y los regalos importan, pero la cena con la familia, para mí, es mucho más importante, porque es donde se junta la familia, los amigos y, claro, la comida.
La decoración me parece crucial, porque a mí me gusta que se vea bonito, que invite a sentarse y que sea fácil de manejar.
Manteles y caminos de mesa
Una de las cosas más fáciles para cambiar el aspecto de la mesa es el mantel. Puedes elegir uno clásico rojo o verde si quieres algo tradicional, o arriesgarte con colores neutros como gris, blanco o beige y darle un toque más moderno con los detalles. Yo recomiendo fijarte en los tejidos: un mantel de algodón o lino se ve más natural y es más fácil de lavar. Si quieres algo más llamativo, los manteles con texturas o relieves hacen que la mesa se vea más elegante sin que tengas que poner demasiadas cosas encima.
Otra opción que me encanta son los caminos de mesa. No necesitas cambiar todo el mantel, solo poner un camino que recorra la mesa y ya cambia el look completo. Se puede usar tela simple o incluso papel kraft para un toque más divertido, y encima poner centros de mesa, velas o piñas. Combinar varios caminos con diferentes colores o texturas también funciona, pero ojo, que no quede muy cargado. La idea es que aporte color y orden, no que parezca un collage extraño.
Centros de mesa
Hay un montón de ideas que no requieren gastar un montón de dinero. Por ejemplo, frascos de vidrio con luces LED dentro, piñas pintadas o ramas de pino. Yo suelo usar velas porque hacen que la mesa se vea acogedora sin esfuerzo, y además puedes jugar con su altura para darle más dimensión al conjunto. Otra opción son los frutos secos o bolas de Navidad dentro de un cuenco bonito; queda fácil y da un toque navideño sin que sea recargado.
Los centros de mesa no tienen que ser enormes. A veces lo más simple es lo que más funciona. Unos cuantos detalles colocados estratégicamente hacen que la mesa se vea cuidada y elegante sin complicarte la vida. También puedes poner varias piezas pequeñas en lugar de una grande; eso permite que todos los comensales vean la mesa y no tengan que mover nada para servirse.
Platos, cubiertos y servilletas
Los platos y cubiertos deben ser cómodos y suficientes para todos. Pero sí puedes jugar con el color y la forma de las servilletas. Por ejemplo, servilletas rojas o verdes dan un toque navideño, y si las doblas de forma simple o las sujetas con un detalle como una ramita de romero o una cinta bonita, la mesa gana mucho.
Los cubiertos no tienen que ser todos iguales ni de lujo. Incluso puedes mezclar estilos si quieres un aire más moderno. Lo importante es que estén ordenados y que cada persona tenga lo que necesita. Si tienes niños, considera cubiertos y platos más resistentes. No hace falta complicarse, la idea es que todo sea funcional pero se vea bonito.
Copas grabadas y detalles personalizados
Un detalle que me parece súper bonito son las copas grabadas, porque se ven elegantes y pueden personalizarse con los nombres de cada invitado o con algún motivo navideño. Esto hace que cada persona se sienta especial y además evita confusiones durante la cena.
Serijerez, empresa de serigrafía con amplia experiencia, recomienda que los diseños en las copas se sitúen un poco alejados del borde. Según ellos, esto evita que el grabado se desgaste al beber y asegura que las copas se mantengan bonitas durante varios años. También aconsejan optar por diseños sencillos y claros, que se vean bien con cualquier tipo de bebida y no recarguen la copa.
Como ves, no se trata de complicarse ni de gastar mucho, sino de hacer que las copas personalizadas sean prácticas y duraderas para cada Navidad.
Velas y luces
Las velas y las luces son un recurso que no puede faltar en la mesa navideña. A mí me gusta usar velas de diferentes tamaños, porque así la mesa se ve más viva y hay un juego de alturas que hace que todo se vea más interesante. Puedes combinar velas altas con velas pequeñas, y si eliges colores neutros como blanco, beige o gris, se integran con cualquier decoración sin recargarla. Las luces LED funcionan genial si quieres algo que dure toda la noche y sea seguro, especialmente si hay niños o mascotas en casa.
Otra idea divertida es colocar las luces dentro de frascos de vidrio o alrededor de pequeños elementos decorativos como piñas, ramas o bolas de Navidad. También puedes rodear velas con guirnaldas finitas o colocarlas en pequeños candelabros. La luz cálida hace que todo se vea más acogedor y ayuda a que los comensales se sientan cómodos mientras cenan, charlan y disfrutan.
Detalles naturales
Me gusta mucho incluir elementos naturales en la mesa. Ramas de pino, hojas secas, piñas, frutos secos o incluso frutas como manzanas y naranjas pueden decorar sin que parezca forzado. Lo bueno de los elementos naturales es que no necesitas gastar mucho, y además dan un toque fresco y auténtico a la mesa.
Si vas a usar ramas o piñas, fíjate en que no ocupen demasiado espacio. Lo ideal es que haya suficiente espacio para los platos y para que los invitados puedan ver el centro de la mesa sin problemas. Y si quieres darle un toque más elegante, puedes pintar algunas piñas con un poco de dorado o plateado, pero no hace falta exagerar.
Platos y vajilla temáticos
Si tienes tiempo y ganas, usar platos temáticos navideños siempre da buen resultado. No hace falta que todo sea súper coordinado; puedes combinar platos lisos con algunos decorativos. A mí me gusta alternar platos blancos con algunos con detalles rojos o verdes, y queda perfecto.
Lo mismo con la vajilla auxiliar: si tienes cuencos o platos pequeños, úsalos para decorar con frutos secos, chocolates o incluso para colocar las servilletas. Es una forma de dar más color y vida a la mesa sin complicarte con elementos grandes.
Mantén la mesa ordenada y práctica
Aunque decorar es divertido, también es importante pensar en la comodidad de los invitados. De nada sirve una mesa bonita si luego nadie puede alcanzar la comida o los platos se ven amontonados. Yo siempre dejo espacio suficiente entre los centros de mesa y los platos, y pongo los cubiertos y servilletas de manera que todos puedan acceder sin problemas.
Si vas a poner varias decoraciones, trata de que no sean demasiado altas. Así todos pueden verse y hablar sin tener que inclinarse o mover cosas de lugar. La idea es que la decoración acompañe la comida y no interfiera con ella.
Complementos divertidos y útiles
Además de lo básico, me gusta añadir pequeños detalles que hagan la mesa más divertida. Por ejemplo, tarjetas con los nombres de los invitados, pequeños regalos como chocolates o galletas, o incluso alguna sorpresita divertida como mini juguetes si hay niños. Esto hace que la mesa sea más interactiva y genera conversación mientras se espera la comida.
Otro detalle que funciona muy bien son las servilletas de papel con algún dibujo navideño o mensaje divertido. No son complicadas, pero aportan mucho a la decoración general y hacen que todo se vea más cuidado sin que tengas que hacer grandes esfuerzos.
Colores y combinaciones
No hay reglas estrictas, pero sí que es importante pensar en la combinación de colores. Rojo y verde es lo típico, pero también puedes jugar con dorado, plata, blanco o incluso colores más atrevidos como azul o burdeos. Lo que funciona mejor es mantener un máximo de tres colores principales para que la mesa no se vea saturada.
Si mezclas texturas y materiales, como madera, metal y vidrio, puedes conseguir un efecto más interesante sin complicarte. Lo importante es que todos los elementos tengan algo en común para que la mesa se vea coordinada, aunque no sean exactamente iguales.
Al final, decorar la mesa de Navidad no es solo poner cosas bonitas
Se trata de pensar en cómo se va a sentir la gente que se siente a tu alrededor, de crear un espacio cómodo y agradable y de hacer que todo sea fácil de disfrutar. No hace falta gastar un montón de dinero ni que todo sea perfecto. Con unas cuantas ideas simples y un poco de organización, la mesa puede convertirse en un lugar especial donde todos quieran estar, reír y compartir sin complicaciones.
La Navidad es para compartir, y la mesa es solo un pretexto para juntarse. Al decorar, piensa en lo práctico, en lo bonito y en lo divertido. No te compliques con miles de detalles ni busques la perfección. Lo importante es que todos se sientan cómodos, que la comida se sirva sin problemas y que haya un par de detalles que sorprendan y hagan sonreír a los invitados. Así, cada año, tu mesa será recordada no por lo cara o sofisticada que fue, sino por lo acogedora, fácil y agradable que resultó ser.