Gracias a estos aparatos basados en la termografía infrarroja, es posible evitar o encontrar todo tipo de problemas y defectos en diversos materiales. Valiéndose del calor y la tecnología infrarroja, estas cámaras han ganado terreno y son muy utilizadas para realizar detecciones de defectos en los materiales o evitar problemas que puedan producirse a causa de los mismos. Este campo de la termografía, abre nuevas y múltiples posibilidades de investigación, desarrollo y control de calidad en numerosos campos.
Como procedimiento de diagnóstico y obtención de información, es ideal, puesto que basta con la obtención de una imagen sobre la temperatura de un objeto o ser vivo a distancia. No es necesario acercarse o realizar acciones que impliquen contacto físico. Algunos animales tienen la capacidad de captar la longitud de onda infrarroja, como es el caso de los peces o algunas serpientes, algo que los seres humanos no somos capaces de detectar. Tan solo podemos percibir lo que se considera como el rango visible a través de los ojos. Por lo tanto, para poder ver y observar las ondas infrarrojas, las personas, hacen uso de las cámaras termográficas. Estas cámaras son capaces de captar y graficar en una escala de colores visibles al ojo humano, las imágenes obtenidas en la longitud de onda que tiene el infrarrojo.
Para entender el funcionamiento de este tipo de cámaras, hemos consultado a los profesionales de Ibertronix Infrared & Visión S.L., expertos en todo lo relacionado con el sector de la tecnología basada en infrarrojos. La termografía utiliza las cámaras termográficas para captar las ondas infrarrojas, nos cuentan. Gracias a estas cámaras, la energía irradiada por los objetos se convierte en una imagen visible que se conforma a partir de la temperatura superficial de los mismos. Básicamente, esta es la definición o concepto de cómo funcionan este tipo de cámaras con tecnología infrarroja.
La energía convertida en luz
Así sucede, la energía irradiada por los objetos son las denominadas luces infrarrojas. Esta luz con nombre propio, se encuentra a medio camino entre el espectro visible al ojo humano y las microondas del espectro electromagnético. La principal fuente de radiación de infrarrojos es el calor o la radiación térmica. A mayor calor, mayor radiación infrarroja. Aunque cabe señalar que hasta los objetos más fríos, como puede ser el hielo, emite radiación infrarroja.
A diferencia del termómetro infrarrojo que se utiliza para leer la temperatura de un punto en concreto y cuya utilidad es elemental en zonas pequeñas, la cámara termográfica puede proporcionar la medición de un punto concreto del mismo modo que la de un área determinada de mayor tamaño. Las cámaras termográficas, proporcionan una imagen térmica que puede ser visualizada y permite ver como los objetos irradian calor. De tal modo que registra la temperatura de cada pixel de la imagen y asigna a cada uno de ellos (cada pixel contiene un valor de temperatura determinado) un tono de color. Por lo general, las temperaturas más frías se muestran en tonalidades azules, violetas o verdes, en tanto que las más cálidas, lo hacen en tonos rojos, naranjas o amarillos.
Siendo así, las cámaras termográficas permiten medir más de un punto en concreto, ofreciendo lecturas o mediciones de todos los puntos que capta la imagen.
De ahí que se trate de una técnica utilizada principalmente para detectar problemas que quedan ocultos a la vista del ojo humano. Sus aplicaciones son tan diversas que pueden utilizarse en diferentes ámbitos debido a sus múltiples ventajas y los beneficios que ofrece.
Puesto que se trata de un análisis no invasivo, ni destructivo, resulta muy útil en los sistemas o instalaciones que se utiliza. No produce daños sobre los componentes y objetos a estudiar, por lo que siguen manteniendo sus propiedades y características físicas y funcionales intactas, por lo que pueden seguir utilizándose con normalidad.
Además se trata de una herramienta que proporciona una visualización específica y precisa de los valores térmicos de la zona a estudiar. Las temperaturas se muestran gráficamente mediante su coloración dentro de mapas de calor. De tal manera que es posible identificar de forma inequívoca la localización espacial de los problemas causados como puntos de fuga en una tubería, sobrecalentamiento de los componentes o la pérdida del aislamiento en un cableado, por citar algunos ejemplos.
Otra de sus ventajas es la rapidez. Los análisis pueden llevarse a cabo de forma rápida, cómoda y sistemática, mostrando los cambios de temperatura que sufren los objetos en tiempo real e inmediato. Al no requerir cercanía ni contacto directo con la superficie no es necesario suspender los procesos durante mucho tiempo, algo que permite a las empresas continuar con la actividad sin demasiada demora.
Debido a su propiedad multidisciplinar, permite recopilar patrones térmicos y estadísticas sobre la evolución de las temperaturas. Algo de gran utilidad en numerosos y variados sectores como pueden ser la construcción, la arquitectura o la medicina.
Aun tratándose de una herramienta muy ventajosa, no podemos pasar sin comentar los aspectos más negativos de esta tecnología: el coste de las cámaras es elevado; no detecta la temperatura interior cuando el objeto se encuentra separado por un medio no transparente para la radiación y requiere experiencia y conocimientos para evaluar los resultados obtenidos.
Aplicaciones de la termografía y como se llevan a cabo
La termografía se utiliza con fin analítico y de detección de problemas. Por lo que sus aplicaciones son casi infinitas a la hora de detectar problemas y realizar revisiones y seguimiento. Algunos sectores que la utilizan son el de las energías renovables, la industria o la construcción entre otros.
En el caso de las energías renovables, es muy útil para inspeccionar paneles solares, ayudando a garantizar su ciclo de vida y detectar posibles anomalías. También se utiliza la termografía para inspeccionar turbina, recolectando y almacenando los datos térmicos obtenidos en los trabajos de mantenimiento.
Por otro lado cuenta con una aplicación medioambiental en la que se localizan áreas de acumulación de desechos antiguos, se controla la deforestación, el nivel de polución del agua, los gases calientes que pasan a la atmosfera, detección y seguimiento de incendios forestales, etc.
En cuestiones de edificación, la termografía cobra un papel relevante en la inspección de edificios, ya que supone una manera eficaz y no invasiva de supervisión diagnóstico del estado de los mismos. Permite visualizar las pérdidas de energía, los fallos o defectos en el aislamiento o localizar los puentes térmicos, humedades y moho. Así como las filtraciones de agua o fugas de aire y la detección de roturas en las tuberías o fallos de construcción entre otros.
A nivel industrial, el uso de la termografía se ha extendido en cuestiones como el mantenimiento de los sistemas mecánicos y eléctricos. Las imágenes térmicas son la mejor solución a la hora de detectar la falta de uniformidad en los equipos, señalar puntos calientes y fríos o sacar conclusiones respecto a un equipo sometido a prueba. Aparte de contar con otras muchas aplicaciones en el sector como las averías y paradas de producción e incluso un accidente grave de la mano de obra.
Otros sectores como la aeronáutica, la medicina o la biología, se amparan en la termografía para analizar y diagnosticar diferentes problemas que van desde las inspecciones aéreas o la búsqueda de supervivientes en el ámbito aéreo, hasta el diagnóstico del cáncer de mama o problemas oculares, entre otras muchas aplicaciones.
En conclusión, gracias a la termografía, se ha hecho posible llevar a cabo estudios de todo tipo, tanto sobre instalaciones y maquinaria como de seres vivos y personas. Puesto que se utiliza como herramienta de mantenimiento de instalaciones de todo tipo, ya que permite localizar con rapidez y eficacia todo tipo de defectos en el funcionamiento, no es de extrañar que sea una herramienta vanguardista y cada vez, de más actualidad.
Realizar estudios de esta categoría, basados en la termografía, permite obtener informes con resultados muy precisos, directamente relacionados con el estado de la instalación o maquinaria sometida a la evaluación. Estos informes pueden ser muy útiles a la hora de obtener determinados certificados, como pueden ser los de eficiencia energética o los proyectos de obra.
Para ejecutar un estudio de termografía, es necesario, obviamente, utilizar una cámara termográfica que se dirigirá hacia el cuerpo, zona u objeto a analizar, sin necesidad de entrar en contacto con el mismo. De esta manera tan sencilla, se obtiene una imagen precisa en la que se mostrarán con claridad las diferentes temperaturas existentes en esa zona en particular. Una vez se tienen las imágenes, se analizan y obtienen los informes pertinentes sobre el estado de la maquina o elemento en cuestión y el problema detectado. De tal manera que es posible evitar o corregir el mismo antes de que genere problemas mayores.
El objetivo de llevar a cabo este tipo de estudios puede ser una reducción de los costes, debido a la detección precoz citada; la optimización de los recursos; evitar riesgos a los operarios; obtener informes de gran precisión; lograr mayor ahorro energético; prolongar la vida útil de una instalación o bajar el precio de la póliza del seguro, entre otros.
Podemos asegurar que se trata de una herramienta que ofrece numerosas ventajas en todas y cada una de las aplicaciones en las que puede utilizarse.