¿Eres el alma de la fiesta, la que siempre organiza las cenas y salidas de tu grupo de amigas, pero crees que no tienes vocación profesional? Te equivocas.
Muchos jóvenes que se encuentran estudiando bachillerato o terminando la ESO no tienen nada claro a qué se quieren dedicar puesto que, aunque les apasiona muchas cosas, no creen que pueda tratarse de su futuro trabajo y que puedan vivir de ello. Esto se debe entre otras cosas, a una de las peores consecuencias que trajo la crisis económica a nuestro país. Muchos jóvenes de hoy que en su día eran niños, vieron con sus propios ojos cómo algunos familiares perdían su trabajo y pasaron malos momentos económicos o cómo los jóvenes con estudios altamente cualificados comenzaban a marcharse a otros países en busca de su oportunidad, y cómo los que se quedaban aquí escogían carreras que nos les entusiasmaba como Administración y Dirección de Empresas, Derecho y otras de la rama de ciencias “porque tienen más salidas” decían, desechando por completo la posibilidad de estudiar filologías, artes u otras que siempre les gustaron como literatura o filosofía por miedo a que, al acabar la carrera, tuvieran que viajar también fuera del país o a no conseguir nunca un trabajo bien remunerado que les permitiese vivir de ello.
Es comprensible, entonces, que a día de hoy, hayamos trasladado estas inseguridades y temores a las nuevas generaciones. La consecuencia que se observa en todo esto es que los jóvenes que están a punto de pasar a cuarto de la ESO aún no saben por qué rama decantarse, o los que se presentarán este año a selectividad todavía no saben qué carrera escogerán y, aunque no haya nada de malo en ello, lo cierto es que en, parte, es culpa de los adultos que les empujan a abandonar posibles ramas que no tienen un futuro concreto o unas salidas bien establecidas. Reconozco que yo tuve suerte, mi madre siempre me dijo: “la vida da muchas vueltas, tienes que estudiar lo que realmente te guste. Mírame a mí, estudié la carrera de Historia ¡y acabé trabajando en banca!”. Siempre me acordaré de ello porque tomé su ejemplo y estudié filología, sin miedo a no encontrar mi camino, segura de que la vida me lo trazaría, yo sólo tenía que poner ganas en lo que estudiaba. Conozco también a jóvenes que me dicen que su pasión es la fotografía o la Literatura pero que no se puede vivir de eso y que estudiarán económicas o alguna carrera de ciencias. Esto me da mucha pena y me hace replantearme si no haría falta en la sociedad más poetas y artistas, y menos empresarios. Se trata de jóvenes que tienen miedo a vivir su vida y a luchar por sus sueños, y esto es sin duda síntoma de que hace falta un cambio en nuestra sociedad, las nuevas generaciones son el futuro y no estaría mal que nos diesen una lección y nos demostrasen que aún es posible hacer de tu pasión tu trabajo.
TU DON TE HACE ESPECIAL ¡APROVÉCHALO!
Hay además muchos jóvenes que tienen un don y desconocen que existen salidas profesionales que potencian su faceta más carismática. Estas personas que sienten una profunda capacidad de liderazgo, poseen una personalidad magnética que atrae a otras personas, y prueba de ello es su gran cantidad de amigos y su facilidad para hacer nuevas amistades allá donde va; y que además disfrutan organizando las salidas con sus amigos, eligen el restaurante del que todo el mundo sale satisfecho y luego les lleva a la mejor fiesta del momento, haciendo de su noche inolvidable. Estos jóvenes quizá desconozcan la falta que hacen a empresas privadas que precisan de una persona que sea su imagen, que acompañe a los clientes y organice eventos, de azafatas que convenzan con sus dotes comunicativas de que el producto que vende la empresa es el mejor del mercado, que organicen las campañas de marketing y publicidad, etc. Y no sólo eso, sino que además existen carreras, másters y títulos propios que acreditan estas capacidades además de dar la oportunidad de ponerlas a prueba con su programa de prácticas profesionales. Universidades como la Formatic de Barcelona, ya incluye en su programa de estudios títulos como dirección de relaciones públicas y marketing, azafata-relaciones públicas y comunicación, relaciones públicas y organización de eventos. Cada uno de estos títulos ofrece diferentes y variadas salidas profesionales en las que enfocar el futuro profesional. Como vemos, existen numerosas opciones para cada persona, y también para las que desean hacer de su hobby su trabajo. Por ello, si estás estudiando y no tienes clara tu vocación, te recomiendo que hagas un examen previo de conciencia y te preguntes qué es lo que más te gusta hacer en la vida y pienses si existiría la posibilidad de emprender un camino que te permita dedicarte a ello profesionalmente.
Es recomendable también que pierdas el miedo a cambiar de ciudad y estudies concienzudamente todas las opciones que ofrecen las universidades del país, pues son muchas y muy variadas. Pero, sobretodo, que pierdas el miedo a no saber enfocar después tus estudios a una salida profesional pues, si es lo que realmente quieres hacer, seguro que encuentras la manera de conseguirlo, ya sea encajando en algún perfil profesional, como quizá emprendiendo y creando tu propio negocio. Quizá hayas decidido, por el contrario, que de momento no vas a estudiar una carrera en la Universidad y tampoco hay nada malo en ello, tómate tu tiempo para pensar y descubrir cual es tu camino, pero no dejes de intentarlo y de ir a la Universidad por miedo a que no sea como esperabas o por pensar que allí no hay nada para ti, pues muchos estudiantes están en tu misma situación y por ello son cada vez más las Universidades que amplían su programa de estudios para que los jóvenes tengan más opciones dónde elegir.
Si esta es tu situación, si estás a tiempo de escoger una salida profesional, no tengas miedo a lo que pueda pasar al terminar. Disfruta del camino, estudia algo que realmente te apasione pues, cuando las cosas se hacen con pasión y determinación, siempre salen bien, no lo dudes nunca.